En uno de sus tantos sketches, Diego Capusotto y Pedro Saborido diseñan e inventan una supuesta relación entre una misteriosa mujer chilena con Jhon Lennon, que fue una de las culpables de la separación de los Beatles, relegando así la culpabilidad de Yoko Ono. En un texto de Vera Pichel, llamado "Evita intima", se puede leer de las palabras de la misma Eva Duarte, el primer encuentro amoroso con el General Domingo Perón, luego de un Festival en el Luna Park en el año 1944. Luego de una cena, cuenta Eva a Vera Pichel, fue con Perón a su departamento de la calle Arenales a la altura de Coronel Diaz. Al entrar, Eva se encontró con una adolescente mendocina apodada "Piraña", cuyo nombre era María Inés o Isabel. Nunca se supo con especificidad si era en realidad una empleada domestica o su amante.
Pocas veces, Perón llevó a Piraña a eventos, y en ellos la presentaba como su hija, ahijada, sobrina, empleada. Se olvidaba, no le importaban los comentarios que corrían a sus espaldas.
Luego de la primera salida de Perón y Evita, ya consolidados como pareja, Duarte no vaciló en ayudar a empacar las pertenencias a Piraña, adquirirle el pasaje, darle unos esos para sus gastos y acompañarla a Retiro y desearle un buen viaje de regreso a Mendoza.
Me pregunto ahora, ¿Capusotto realizó esa analogía por qué sabia del supuesto amorio de Perón? Una de las cosas que debemos admirar de Capusotto son las representaciones de hechos reales en la ficción comica que fabrica a partir de dos pesos con cincuenta, por eso podemos denominarlo genio.